martes, 23 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD

Por Victoria Mamani

Estas fiestas navideñas nuevamente destapa la pobreza que aun existe en nuestro país.
Digo esto porque en estas últimas semanas la migración por estas fiestas navideñas se ha incrementado, procedentes de las zonas más lejanas del altiplano boliviano llenan las calles y avenidas de la ciudad de La Paz, para mendigar dinero, ropa y juguetes, mostrando una de las peores caras de la extrema pobreza en el país.

Lo más triste es ver niños y niñas que junto a sus padres, madres o abuelas y abuelos, están en las calles estirando la mano con  llamativos atuendos, bailando ritmos andinos que son de su propia cultura, haciendo sonar  sus pequeños charanguitos de madera, otros con pequeños radios.

Para estos niños y niñas no existe la navidad, el poco dinero que logran juntar, apenas alcanza para sobre vivir junto a su familia, lo insólito es que muchos de estos niños y niñas están ubicados apenas a una cuadra de la Plaza Murillo, principal escenario de decisiones del poder político y económico del país, como una demostración  a las autoridades de turno que esta es la realidad en que vivimos.

Para unos la fiesta navideña  está llena de regalos, comparten un pavo junto a su familia. Pero  para otros y otras simplemente hay de comer una marraqueta o en algunos casos, esperando la buena voluntad de las personas  que acostumbran dar un pedazo de pan con chocolate.

Una cosa son las estadísticas, los discursos de nuestras autoridades que dicen que en nuestro país la pobreza ha disminuido; y otra es ver la realidad. Esto nos refleja que en las áreas rurales altiplánicas, no ha  mejorado la situación económica, en vano dicen que con el Fondo Indígena hay mejoras en las comunidades, eso no es así.

No hay  proyectos de sostenibilidad, que debería ser responsabilidad gubernamental, esto solo se utiliza como gancho en las campañas políticas del gobierno de turno, que le dan a la gente una ovejita o una vaquita que muere a la semana en el altiplano porque su clima no es apto para la vida de estos animales.

Así se malgasta el dinero que supuestamente debería ser para mejorar la situación de los y las indígenas y para no ver más mendigos en las calles.



martes, 16 de diciembre de 2014

DISCRIMINACIÓN


Por Martha Huallpa

En días pasados se realizó un acto de entrega de credenciales a nuevas autoridades legislativas. Estuvieron presentes diferentes organizaciones sociales afines al MÁS.Pero lo que más resalto en ese acto, fue la actitud que tuvo la diputada Norma Piérola con el presidente  Evo Morales, pues lo dejó con la mano extendida cuando el pretendía saludar a la diputada electa.

Ella afirmo que su actitud se debió a un acto de rebeldía, porque para ella, “Evo Morales no es su presidente”. Frente a esto, el Viceministerio  de Descolonización a la cabeza de Félix Cárdenas, anunció al día siguiente una demanda por racismo y discriminación contra la diputada Piérola. Yo me pregunto lo que hizo ¿será un acto de discriminación? Más allá de las diferencias políticas, el dar la mano es mero protocolo y creo que una puede decidir a quién dar el saludo y a quién no. Pero después de este incidente, se puede ver cuán parcializadas están nuestras autoridades, porque inmediatamente inician un proceso por discriminación a una mujer que simplemente no quiso darle la mano al presidente Morales, pero no hacen nada en otras situaciones. Por ejemplo, nadie hizo nada cuando expulsaron de manera violenta a la compañera María Galindo, de un acto en el que varias parejas formalizaron su relación casándose. A ella la sacaron arrastras, de  los cabellos, delante de todas las autoridades que asistieron al acto, donde también habían mujeres y nadie freno esa situación, a pesar de que la compañera solo hacia una entrevista. Ella fue la que puso una denuncia en la Dirección Contra el Racismo y la Discriminación que hasta hoy no ha avanzado.

Entonces yo me doy cuenta de que no todos ni todas las ciudadanas somos dignas de ser defendidas por las autoridades, no somos iguales, aunque eso diga la ley que no sirve para nada. Ni siquiera la propia Constitución por la que tanto ha luchado la gente se respeta, las autoridades la violan constantemente, empezando por el  presidente que nos está gobernando por tercera vez, cuando la ley dice que solo puede ser reelegido una sola.

Entonces de que nos sirven las leyes si quienes tienen poder las manejan como les da la gana? Que hacemos los y las ciudadanas comunes y corrientes? Será que los intereses políticos valen más que la dignidad nuestra? Ojala alguna autoridad nos responda con actos que estén realmente apegados a la ley que suena bonita, no con mentiras.