lunes, 17 de junio de 2013

ENLATADOS PASADOS


Por Adela Gomez

Los alimentos envasados como la leche, el yogurt, la sardina, mantequilla, cereales y  otros, vienen en latas o cajas, y cuando los fabrican les ponen una fecha de expiración o vencimiento, ya que pasado ese límite de tiempo, el alimento comienza a descomponerse. Obviamente no todo lo que consumimos es envasado, por ejemplo los productos agrícolas como frutas y verduras. 

Tomar o comer un producto pasado trae riesgos para la salud, puede provocar infecciones o intoxicaciones, y sus consecuencias en el organismo dependerán de la persona que la haya consumido. Por eso es muy importante ver la fecha de vencimiento antes de comprar el  producto.

Lamentablemente hay comerciantes a quienes no les interesa la salud de los y las compradoras, solo les importa tener ganancias y por ello venden sin cargo de conciencia alimentos caducados. 

Los métodos que utiliza la Guardia Municipal para controlar los mercados son violentos y en lugar de lograr que las y los vendedores tomen conciencia de lo dañino de los productos vencidos, solo consiguen que los escondan, para que no se los decomisen. Luego siguen ofreciendo los enlatados con fecha vencida. Alguna vez yo he tenido que devolver algún producto, pues al comprarlo y no fijarme bien, no me di cuenta que la fecha de vencimiento estaba borrado.   

Creo que hay gente de escasos recursos que apenas sobrevive con lo poquito que gana, y pienso que las empresas o comerciantes deberían promocionar los alimentos que están por expirar, a precios más accesibles, así ellos no perderían y se beneficiaría la gente pobre y, en realidad, todas y todos.

Lo malo es que estas empresas y grandes comerciantes prefieren botar sus productos antes que bajarle el precio, solo unas pocas marcas toman la opción de hacer ofertas al dos por uno, por ejemplo. En Brasil venden con promoción los alimentos que están a poco tiempo de caducarse, los exponen de 5 a 10 minutos y a mitad de precio, obviamente la gente aprovecha y compra; la empresa por lo menos recupera la inversión. 

Otra cosa pasa con los alimentos no envasados, las verduras  y frutas por ejemplo, no necesitan un cartel con la fecha de vencimiento, pues una se da cuenta a simple vista cuando su tiempo de consumo ha pasado.

Si un domingo vamos al mercado Rodríguez, al final del día podemos ver fruta y verdura en buen estado o podrida botada como basura; en ocasiones las caseras tampoco quieren rebajar el precio y prefieren perder. A veces no se trata solo de ganar plata nomás, también debemos pensar en las y los demás, en las personas que no tienen. Si las grandes empresas tendrían esa lógica, otra sería nuestra realidad y no habría hambre en el mundo.